> 2014 in Music: Worst Albums_
#10 Lily Allen. Sheezus.
Cuando Lily Allen anunciaba que dejaba a un lado de momento la cambiada de pañales y se enfocaría nuevamente en la música, todos esperábamos con ansias la continuación de ese brillante "It's Not Me, It's You" (2009), e inclusive ese primer adelanto llamado "Hard Out Here" parecía dejarnos en claro que Allen regresaba mejor que nunca... Y pues nada, que solamente quedó en meras intenciones, y la maternidad la volvió menos "amargada" y perdiendo parte de su irreverente estilo con el que conquistó las listas de popularidad, con un disco que así como llegó se fue, pasando con más pena que gloria al igual que sus ¿singles? A final de cuentas hubiera sido lo mismo si se aventaba otro par de años alejada de la música.
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#09 Tony Bennett & Lady Gaga. Cheek To Cheek.
Si bien después de ese enorme flop en el que terminó convirtiéndose la era "ARTPOP" uno pensaría que Lady Gaga regresaría al estudio a aprender de sus errores y crear un mejor álbum, la cantante volvió a realizar una "jugada suicida" a su carrera musical, y decidió meterse de lleno al Jazz y nada como succionar a alguien de este género como Tony Bennett y hacer creer a todo el mundo que es toda una artista camaleónica que puede cantar hasta rancheras. El resultado: otra mediocridad que por momentos parece ser una parodia de alguna cantante de Jazz, y por otros momentos opacando la voz de Bennett en lugar de unir sus voces de manera armoniosa. Lo mejor es que a los pocos fans que le quedan les hizo volverse fans de este género musical...
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#08 Jessie J. Sweet Talker.
Si no hubiera sido por el enorme pelotazo conseguido con "Bang Bang" -principalmente por la participación de Ariana Grande y Nicki Minaj-, el nuevo material musical de Jessie J hubiera pasado más desapercibido que lo nuevo de Nicole Scherzinger o Mariah Carey, y eso ya es decir demasiado. El problema no es el talento, que vaya que le sobra, ni mucho menos la composición, que eso le ha funcionado bastante bien (sino que le pregunten lo que se ha echado a los bolsillos gracias al "Party in the U.S.A." de la entonces virginal Miley Cyrus); el problema radica, una vez más, en la falta de personalidad, que a diferencia de Grande o Minaj es lo que más resalta en ellas. ¿Además, alguien recuerda algún otro éxito que haya salido de este disco aparte de la canción anteriormente mencionada?
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#07 Pharrell Williams. G I R L.
Líricamente, "G I R L" es quizás el mejor trabajo de Pharrell, tanto de la era N.E.R.D. como de su primer intento solista, halabando al género femenino sin la necesidad de materializarla como un objeto sexual a diferencia de algunos de sus contemporáneos. El caso es que, al igual que con "#willPOWER" de will.i.am, es que en lugar de tomarse un tiempo para lograr "cocinar" de manera perfecta un proyecto ambicioso tomando en cuenta del enorme éxito conseguido con la producción y/o colaboraciones para otros artistas, su propio material suene a una colección de lados B, demos o temas que pareciera haber sido descartados por los artistas con los que han trabajado. Eso sí, Pharrell demuestra que está en su mejor momento y que sin duda continuará brindando más pelotazos inesperados, si se toma muy a fondo la producción.
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#06 Jennifer Lopez. A.K.A.
Si bien "A.K.A." bien podría haberse titulado "The Emancipation Of J.Lo" -aunque a Mimi no le agradaría del todo-, Jennifer Lopez retoma sonidos de sus primeros discos para lograr revivir su carrera musical, la cual a pesar de los considerables altibajos, la ha mantenido dentro del ojo público. No es ni un desastre como "Rebirth" o "Love?", pero tampoco es un disco que vaya a catapultar considerablemente su carrera. Quizás menos ataduras de productores para un próximo álbum a futuro sea finalmente la solución. No obstante, gana puntos extras por el tremendo portadón, en donde J.Lo se afirma como una de las MILFs del medio artístico. Seamos sinceros: Jennifer Lopez ya no es relevante en la escena musical como lo fue a principios de los 2000s, a pesar de haberse esforzado en temazos como "First Love", y ni siquiera ese duelo de nalgonas junto a Iggy Azalea logró catapulsarla nuevamente. Quizás un disco entero de colaboraciones junto a Pitbull y denominándose "Pimpinela 2.0" sea la solución. O quizás no.
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#05 Karmin. Pulses.
A Amy Heidemann y a Nick Noonan la fama les llegó casi por cuestión de suerte: como cualquiera que anhela sus 15 minutos de fama, este par de novios decidió grabar diversos cóvers y subirlos a YouTube, con lo cual trajeron la atención de celebridades como Ellen DeGeneres o Ryan Seacrest, y gracias a su enorme popularidad fueron firmados bajo la casa disquera de L.A. Reid, Epic, y tras una probada de su debut con el EP "Hello" (2012), finalmente nos presentan "Pulses", su primer álbum de estudio que ha contado con la ayuda de productores como Claude Kelly, Ester Dean y del propio dúo.
Para "Pulses", los elementos de ¿rap?, beats y sintetizadores se hacen presentes como lo demuestran en el track que le da nombre al álbum, y si bien las intenciones de crear himnosbubblegum pop quedan infalibles -es como si los White Stripes se hubieran convertido en una versión "BritneySpearizada" de ellos mismos- los resultados por momentos llegan a convertirse en algo completamente desastroso: "Acapella" es una atrocidad tanto sonora como lírica que mezcla los intentos de rapeo y uno que otro grito de Amy; afortunadamente todo vuelve a la normalidad en temas como el electropopero "Hate to Love You", o "I Want it All", sin duda uno de los temas rescatables del disco, una mezcla de pop estilo "carioca/Saturday Night Fever" digna de producción de Pharrell Williams, mientras que en "Neon Love" hacen a un lado el ruido para enfocarse en una bonita balada a piano con momentos épicos que sin duda muestran que el dúo tiene suficiente talento si dejaran de grabar temas "ridículos" y sin pies ni cabeza.
En resumen, "Pulses" no es un debut tan fuerte pero tampoco es un resultado completamente decepcionante: es un disco que deja a quien lo escucha a medias, y si bien tanto Heidemann como Noonan tienen el talento necesario por el cual fueron firmados por una casa disquera, lamentablemente no reluce demasiado como aquel estigmático "One Hit Wonder" que fue ese brillante "Brokenhearted", razón por la cual "Pulses" simplemente no los logra quitar de ese encasillamiento de esos 15 minutos de fama que consiguieron en sus inicios. Será cuestión de tiempo y de un segundo material discográfico sólido que haga que este dúo se mantenga en la escena musical.
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#04 Sean Paul. Full Frequency.
Ha pasado mucho tiempo desde que Sean Paul Ryan Francis Henriques -Sean Paul, pa' los cuates- lograra conseguir un último pelotazo a nivel mundial (quizás desde aquel "Temperature" allá del 2005), aunque modestamente ha logrado colar uno que otro single en el top ten británico (el último fue nada menos que el primer single de este material, "Other Side Of Love" justo el año pasado). Sin embargo, el compositor jamaiquino continúa vigente y nos presenta su tan atrasado sexto material discográfico "Full Frequency" -desde Noviembre del 2013 se tenía previsto su lanzamiento-, y para el cual ha contado con la producción de nombres como Stargate, The Cataracs y Benny Blanco, entre otros.
Los elementos reggae se hacen presente desde el primer corte, "Riot", en parte gracias por la colaboración de Damian Marley, quien no es el único invitado de lujo: Juicy J, 2 Chainz y la propia Nicki Minaj hacen lo suyo en "Entertainment", brindando elementos más hip hoperos. Sin embargo, la terrible decepción llega en el tema "Wickedest Style", en el cual se supone que colabora la sensación australiana Iggy Azalea; sin embargo, sólo un par de "uuuhmm, yeaah" son los que salen a relucir... Y si bien Paul toma elementos que contrastan con los sonidos reggae de sus primeras producciones, por momentos en la segunda parte del disco llega a convertirse un tanto monótono, quizás de ahí el por qué este disco no salió en la fecha prevista; afortunadamente Akon llega al rescate en la producción en "Lights On", sin embargo el resultado final de "Full Frequency", a pesar de esforzarse en experimentar con terrenos musicales casi desconocidos por el propio cantante, no logra convencer en su totalidad a pesar de contar con un sinfin de productores y de artistas que no hacen despuntar este material. Y la portada del disco menos ayuda.
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#03 Nicole Scherzinger. Big Fat Lie.
Algo ocurre con la carrera musical de Nicole Prescovia Elikolani Valiente: Desde sus pininos en grupos como Days of the New o Eden's Crush, no fue hasta que formó parte de las Pussycat Dolls que alcanzó la fama mundial, y cuando todo mundo pensaría que su carrera solista tendría un éxito similar a la de Beyoncé, nomás la suerte nunca ha tocado a su puerta: su primer disco "Her Name is Nicole" terminó convirtiéndose en una leyenda urbana con un par de singles sueltos que nomás nunca pegaron ("Whatever U Like", anyone?), hasta que por fin en 2011 salió a la luz su primer álbum solista "de a de veras", "Killer Love", el cual ha pesar de que sí tenía sus grandes momentos rescatables, sólo tuvo un éxito moderado en Reino Unido y su lanzamiento para el mercado americano jamás sucedió. 3 años después, Nicole nos presenta su segundo material como solista, con un título más pitero que "Big Fat Lie" -y de paso con una portada que menos le ayuda-, producido por The-Dream y "Tricky" Stewart.
El álbum comienza con "Your Love", el primer single "real" (es una verdadera injusticia que "Boomerang" haya sido descartada por completo), un corte popero más veraniego que merecía ser todo un hit y que al final no lo fue, mientras que en "Electric Blue" ha contado una vez más con la colaboración del rapero T.I., en un tema con tintes de R&B ochenteros; y a diferencia de su álbum antecesor, "Lie" se presenta con cortes más urbanos pero con el contra de carecer de algún hit "radio friendly" y dicho sea de paso, de una power-ballad que realmente impacte, y para muestra el fallido "On The Rocks" que de plano se convirtió en su peor fracaso en las listas británicas (puesto 90, ni más ni menos), en parte por su grave uso de auto-tune tomando en cuenta del enorme rango vocal de la Scherzinger, o el "intento Rihannezco" en "First Time" que se queda bastante corto, y es que ambos factores no la benefician tomando en cuenta que su carrera solista nomás no ha impactado como se debiera, y ni siquiera con la ayuda de The-Dream ha logrado repuntarla, e inclusive se ha rumoreado que su actual disquera, RCA, está pensando seriamente en finiquitar su millonario contrato tras el pésimo resultado de este álbum.
Tristemente "Big Fat Lie" termina convirtiéndose en un intento fallido de sonidos urbanos que se supone demostrarían una madurez musical de Nicole Scherzinger, con un compilado de temas que no tienen el mismo impacto sonoro que un "Don't Hold Your Breath" o "Trust Me I Lie" de su antecesor material, y que terminan por sucumbir los intentos de conseguir un éxito mundial por cuenta propia. Talento le sobra, sólo le hace falta ese empujón final. Quizás "Big Fat Flop" hubiera sido el título ideal para este álbum.
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#02 U2. Songs Of Innocence.
El nuevo disco de U2 fue tan, pero tan malo, que ni gratis lo quisieron los millones de usuarios de Apple que se quejaron amargamente porque este material les apareció de la nada en sus múltiples plataformas y en iTunes, tan así que a la compañía de la manzana no les quedó de otra más que explicar el cómo remover este petardo de sus dispositivos. Y la portada de toques pedofílicos/incestuosos menos ayudó...
Escucha "Songs of Innocence (Deluxe Version)" a través de Spotify:
#01 Robin Thicke. Paula.
La consagración musical tomó por sorpresa a Robin Thicke el año pasado con aquel pelotazo llamado "Blurred Lines", una de las canciones más sonadas -y choteadas- en el mundo, catapulsando su álbum de mismo nombre en los primeros lugares de ventas, algo que nunca había conseguido con sus demás producciones. El éxito no sólo le trajo fama mundial y ventas estratosféricas, sino también una multitud de fans (mujeres en su mayoría) que no podían resistirse a sus encantos, con todo y lo misóginas y sexuales de sus letras y videos -cómo olvidar la versión "achichonada" del videoclip de dicho hit-, o ese inolvidable performance junto a Miley Cyrus en los Video Music Awards (¿acaso alguien recuerda otro performance?); y qué decir de la infinidad de fotografías y publicaciones con las cuales se agasajaron medios como TMZ y demás prensa amarillista en donde se veía al cantante en poses no tan amigables con varias mujeres. Todo ello sin duda repercutió en su vida personal, terminando en una separación tras 9 años de matrimonio con la actriz Paula Patton. Lo que bien pudo haber continuado en varias sesiones de pareja para tratar de salvar dicha relación, Thicke ha decidido "plasmarlo" en su séptimo álbum de estudio, titulado ingeniosamente "Paula", toda una dedicatoria de 14 temas dirigidos específicamente a su casi-ex-esposa, escrito y producido por el propio artista.
Curiosamente para este disco, la lírica misógina y sexista predominante de sus producciones anteriores ha desaparecido completamente, con todas las intenciones de disculparse a diestra y siniestra y lograr conseguir el perdón de su ¿todavía? esposa: desde el track inicial "You're My Fantasy" Robin nos recuerda una y otra vez que no puede estar sin ella a ritmo de un magistral slow R&B, mientras que en "Get Her Back" los guiños a Marvin Gaye no pueden ser más obvios, mientras que en "Lock The Door" existen ciertas influencias musicales a Stevie Wonder. "Still Madly Crazy" es una balada a piano en donde Thicke simplemente afirma: "I'm so sorry you had to suffer my lack of self-control" con una voz desquebrajada casi al borde del llanto. Pero no todo es arrepentimiento como lo demuestra en temas como "Living In New York City", su homenaje a La Gran Manzana, o "Whatever I Want" con sus sonidos R&B setenteros que predominan en buena parte del álbum, o en el caso de "Tippy Toes", el estilo rockero de Elvis Presley se hace presente.
"Paula" fácilmente podría haber sido el mejor disco de su carrera, mucho más que "Blurred Lines", pero el problema aquí no radica en su producción la cual es simplemente exquisita, mucho menos con la música; el problema es que líricamente nos enteramos todos los pormenores y detalles de una situación que en sí es bastante vergonzosa, sobre todo para la parte afectada: esa misma Paula que ha permanecido en absoluto silencio en estos últimos meses, cosa que con este disco Thicke definitivamente acabará obteniendo los papeles del divorcio en lugar del perdón. Existen maneras más sutiles y delicadas de abordar una situación tan personal y plasmarla en un disco sin que suene a un absurdo y desesperado intento de sacar provecho de ello.
Escucha "Paula" a través de Spotify:
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